La Velá que enciende el alma de Triana

Velá Santa Ana

Cada mes de julio, Triana deja de ser un barrio para convertirse en un universo propio. La Velá de Santa Ana —también conocida como la Velá de Triana— es mucho más que una verbena: es una tradición viva que combina devoción, folclore, gastronomía y un inconfundible espíritu vecinal. Con más de 750 años de historia, es la fiesta más antigua de Sevilla y una de las más queridas por los sevillanos.

Un milagro, una promesa y el origen de una fiesta

La historia comienza en 1266. Alfonso X el Sabio, recuperado milagrosamente de una enfermedad ocular, cumplió su promesa de erigir una iglesia dedicada a Santa Ana, patrona de los trianeros y protectora de las madres. Aquel templo, que aún hoy se alza majestuoso en la calle Vázquez de Leca, se convirtió en el corazón espiritual del arrabal.

En sus primeros siglos, la celebración era una vigilia vecinal: los vecinos velaban a Santa Ana la noche del 25 al 26 de julio, rezando, conversando y compartiendo alimentos en las puertas de sus casas. En esas noches tranquilas, se mezclaban el rumor del río Guadalquivir, las risas de los niños y los pregones de los vendedores ambulantes de avellanas verdes y chucherías. Así nació la palabra “Velá”: una noche en vela, en honor a una santa y a un barrio.

De la devoción al festejo: cómo creció la Velá

Con el tiempo, la celebración fue creciendo. La parte religiosa se mantuvo en el templo, mientras que el entorno se llenaba de música, baile y encuentros vecinales. La Velá sobrevivió guerras, crisis y pandemias. Interrumpida durante la Guerra Civil y algunos años de la posguerra, resurgió con fuerza en 1944 y no ha dejado de celebrarse —salvo por la pandemia de 2020—.

En 2018 fue reconocida como Fiesta Mayor de Sevilla. No es un título menor: es el reconocimiento a una tradición que ha evolucionado sin perder su alma.

Cultura trianera a flor de piel

La Velá no es una feria ni una fiesta al uso. Es una mezcla única de fervor, arte y alegría. La cucaña, introducida en 1910, es uno de sus grandes espectáculos: un poste horizontal embadurnado con grasa se lanza sobre el río y los participantes intentan llegar al extremo para coger la bandera sin caer al agua. Es tan divertida como difícil, y congrega a familias enteras en las orillas del Guadalquivir.

No faltan las delicias gastronómicas: avellanas verdes, higos chumbos, sardinas asadas, mojamas, montaditos, rebujito y cerveza bien fría. El jazmín, en forma de moñas, perfuma las noches cálidas de julio.

Cuando cae el sol, el Puente de Triana y la calle Betis se iluminan con farolillos rojos y verdes. El cielo estalla en bengalas durante la madrugada del 26, y la parroquia apaga su torre para que solo brillen las luces de los fieles. Es el momento de los “Gozos de Señora Santa Ana”, un canto ancestral que resuena entre emoción y silencio.

Flamenco, tradición y modernidad en 2025

La edición de 2025 tendrá lugar del 21 al 26 de julio, y ofrecerá una programación que une tradición y renovación. El pregón correrá a cargo del músico Rafael Almarcha, y la Banda Sinfónica Municipal abrirá el calendario de conciertos. Se homenajeará al guitarrista Rafael Riqueni, y se rendirá tributo a figuras como Triana, Siempre Así, Las Soles o María de la Colina.

Habrá actividades deportivas como la cucaña, ajedrez, petanca, pesca, y hasta concursos de tiradores de cerveza. Además, las casetas —ubicadas en la calle Betis, la Plaza del Altozano y el Paseo de la O— ofrecerán actuaciones gratuitas, con flamenco en vivo, sevillanas y mucho arte andaluz.

Se reforzará la infraestructura del evento con más baños, limpieza, control de tráfico y seguridad. La Velá será más accesible, sostenible y cómoda, sin perder su esencia.

Reconocimientos: orgullo de barrio

Una de las tradiciones más emotivas es el reconocimiento a los hijos predilectos de Triana. Este 2025 se homenajeará a Ángel Vela, historiador y cronista del barrio, y al Pueblo Gitano, por su aportación cultural a la identidad de Triana. El acto tendrá lugar el 26 de julio, día grande de la Velá.

Triana no se visita, se vive

La Velá es más que un evento: es una vivencia. Es la comunión de generaciones enteras que se encuentran cada año frente al altar de su memoria común. Es una fiesta que no necesita grandes espectáculos porque brilla por su autenticidad. No hay experiencia igual en Sevilla, ni en Andalucía.

Triana, ese barrio de alfareros, cantaoras, taberneros y devotos, se convierte por unos días en el centro del universo sevillano. Y quien la vive, ya no la olvida.

Si quieres conocer más historias sobre este barrio precioso y lleno de historia, no olvides venir a nuestro Tour de Triana.

¡Te esperamos!

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