San Luis de los Franceses, entre espejos, cúpulas y siglos de silencio.

San Luis de los Franceses, situado en la calle homónima del casco antiguo de Sevilla, es una obra maestra del Barroco español. Fue edificada entre 1699 y 1731 bajo la dirección del influyente arquitecto Leonardo de Figueroa, por encargo de la Compañía de Jesús.

El origen de esta iglesia se remonta a la donación de Luisa de Medina, quien cedió terrenos a los jesuitas con la condición de ser enterrada en la Capilla Mayor. El templo fue dedicado a San Luis, rey de Francia, en honor a la familia Borbón que acababa de instaurarse en el trono español. De ahí el nombre que ha pasado a la historia.

La Compañía de Jesús había llegado a Sevilla en 1554, y en 1609 se trasladó al barrio de San Luis para fundar allí un noviciado. El complejo incluía la iglesia, el colegio y una capilla doméstica, todo un centro de formación eclesiástica de primer orden.

Este monumento es un despliegue visual de arte barroco: columnas salomónicas, retablos dorados del escultor Pedro Duque Cornejo, frescos del pintor Lucas Valdés, y una riqueza decorativa que convierte cada rincón en una escena de teatro sacro. La iglesia tiene planta de cruz griega, cúpula central y una simetría que simboliza la perfección divina.

Ciclos de gloria y abandono

Tras su inauguración en 1731, San Luis vivió momentos de esplendor, pero también de decadencia. La expulsión de los jesuitas en 1767, ordenada por Carlos III, dejó el edificio sin sus fundadores. A partir de ahí, conoció múltiples usos: hospital, seminario, convento, fábrica, hospicio… Durante el siglo XX cayó en el olvido y permaneció cerrado al público durante décadas.

Afortunadamente, San Luis de los Franceses fue declarado Bien de Interés Cultural y en los años 80 comenzaron trabajos de restauración a cargo de la Diputación de Sevilla. Estas intervenciones culminaron en 2016, cuando se completó una importante restauración estructural y artística, incluyendo una moderna iluminación escénica.

Desde su reapertura, San Luis de los Franceses se ha convertido en un referente cultural, donde se funden arte sacro, historia y actividad contemporánea. Ya no es solo un templo: es también una joya museística y un espacio vivo de encuentros, música y reflexión.

Museo barroco: historia hecha espacio

A comienzos de 2025, San Luis de los Franceses se transformó en un museo permanente que recrea la vida eclesiástica, médica y artística de los siglos XVI al XIX. La colección incluye pinturas de Murillo, esculturas atribuidas a la escuela de Roldán, grabados flamencos, mobiliario litúrgico, y objetos utilizados en hospitales religiosos de la época.

Los visitantes pueden recorrer salas que recrean una capilla doméstica, un refectorio, una enfermería y una cripta, en una experiencia inmersiva que complementa perfectamente la visita a la iglesia. El museo ha sido un éxito rotundo, con más de treinta mil visitantes en sus primeros meses.

Verano barroco: experiencias nocturnas en San Luis de los Franceses

Este verano, San Luis de los Franceses te invita a vivir la magia de su arquitectura bajo las luces tenues del atardecer. La Diputación de Sevilla ha programado visitas nocturnas especiales, que permitirán descubrir el templo desde otra perspectiva: más íntima, más sensorial y absolutamente inolvidable.

¿Qué puedes hacer?

• Visitas guiadas diurnas: Todos los días de julio y agosto, de 9:00 a 17:00. Por un precio simbólico (el precio es 4€), puedes recorrer la iglesia, la capilla doméstica y la cripta. Incluye audioguía y acceso completo al conjunto monumental.
• Experiencias nocturnas con espejos barrocos: La Diputación de Sevilla pone en marcha por primera vez estas visitas nocturnas durante todos los miércoles del mes de julio (2, 9, 16, 23 y 30) a las 21:30 h. Tienen un precio de 5€ y pueden adquirir entradas en este enlace.

Estas visitas nocturnas permiten apreciar la cúpula desde una nueva perspectiva, sentir el silencio de la cripta y descubrir detalles que durante el día pasan desapercibidos. La atmósfera cambia por completo cuando la luz se apaga y el arte habla por sí solo.

Razones para no perdérselo

1. El arte barroco sevillano en su punto más alto: si amas la arquitectura, la pintura y la escultura, San Luis de los Franceses es tu lugar.
2. Un viaje multisensorial: con música, luces, olores a incienso y relatos históricos que hacen vibrar el alma.
3. Un edificio con alma: cada piedra, cada retablo, cada cúpula está cargada de historia y simbolismo.
4. Un plan cultural alternativo: en lugar de una noche de copas, una noche de cultura. Ideal para turistas, familias, parejas o amantes del arte.
5. Accesibilidad y precios populares: una experiencia de lujo por apenas unos euros. Se puede reservar online o directamente en taquilla.

Recomendaciones prácticas

• Llega con al menos 15 minutos de antelación si haces la visita nocturna.
• Lleva calzado cómodo y algo de abrigo para la cripta, que conserva una temperatura fresca incluso en verano.
• No está permitido el uso de flash en interiores.
• Aprovecha tu visita para conocer el barrio: la calle San Luis conecta con otros templos históricos como Santa Marina, Omnium Sanctorum y la Basílica de la Macarena.

San Luis de los Franceses: un templo vivo

San Luis de los Franceses no es solo un monumento. Es un espacio vivo que respira historia, arte, espiritualidad y comunidad. Su restauración ha sido un milagro laico, y su reapertura una promesa cumplida para los amantes del patrimonio.

Este verano, Sevilla ofrece la posibilidad de redescubrir una de sus joyas más secretas de una forma mágica: bajo la luz de la luna, con los reflejos del oro, y el silencio de los siglos como testigo.

No dejes que el verano pase sin regalarte una noche barroca en San Luis de los Franceses. Porque Sevilla no solo brilla al sol. A veces, su verdadero esplendor surge cuando cae la noche y las cúpulas hablan.

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