Corpus Christi, tradición que hace latir Sevilla.

Cada año, cuando el calendario señala el jueves posterior al domingo de la Santísima Trinidad, Sevilla se transforma. No es una simple fiesta religiosa: es un estallido de solemnidad y belleza, una procesión que convierte las calles en un tapiz de historia, incienso y fervor. Hablamos del Corpus Christi, una de las celebraciones más antiguas, profundas y visualmente impactantes del alma sevillana.

Desde bien temprano, antes de que el sol ilumine los tejados de la catedral, Sevilla ya huele a romero. El centro histórico se despierta cubierto de juncia y flores, decorado con toldos que cuelgan como cortinas celestiales entre los balcones. Es una transformación total. Las fachadas de piedra se visten con reposteros, y los escaparates de tiendas de moda se rinden al paso de lo sagrado.

El Corpus Christi no es solo una procesión. Es una declaración de identidad. Sevilla se contempla en su espejo más barroco y se reconoce en sus altares callejeros, en el repiqueteo de campanas, en el murmullo devoto que recorre la avenida de la Constitución mientras el Santísimo Sacramento, portado en la imponente Custodia de Arfe, avanza como un sol de plata entre multitudes.

Una Procesión de Oro: La Custodia, Corazón de la Fiesta

El centro de todas las miradas es, sin duda, la Custodia de Juan de Arfe. Con más de 400 kilos de plata, 3,25 metros de altura y un nivel de detalle que quita el aliento, es considerada una de las obras maestras del arte sacro en Europa. Fue terminada en 1587 y desde entonces no ha dejado de caminar por las calles de Sevilla cada año.

A su alrededor, una comitiva sagrada que incluye pasos con reliquias, imágenes de santos de la ciudad, representantes de órdenes religiosas, niños de primera comunión, autoridades civiles, militares y religiosas, y los entrañables Seises, los niños que bailan al Santísimo en la Catedral con una coreografía que mezcla lo celestial y lo teatral.

Tradición Viva: Altares, Portadas y Compromiso Ciudadano

Uno de los aspectos más llamativos del Corpus Christi es la explosión de creatividad popular que se manifiesta en los altares efímeros. Las hermandades y asociaciones preparan auténticas obras de arte que, por unas horas, llenan las calles de espiritualidad y belleza. Son construcciones temporales, muchas con imágenes de vírgenes o santos, rodeadas de velas, flores, y elementos simbólicos como espigas, racimos de uvas o custodias en miniatura.

Además, destacan las portadas monumentales, enormes estructuras que dan entrada simbólica al recorrido procesional. En 2025, por ejemplo, Sevilla ha rendido homenaje a dos grandes hermandades con las portadas inspiradas en la Capilla de los Marineros (Esperanza de Triana) y la iglesia de Santiago (Redención). Son auténticas arquitecturas efímeras que no solo embellecen, sino que cuentan una historia: la de la Sevilla eterna, en diálogo constante con su presente.

Novedades y Renovación: Corpus Christi 2025

Este año, el Corpus Christi viene con aire renovado. La primera gran novedad es el regreso de la fotografía como formato para el cartel oficial, algo que no sucedía desde hace más de dos décadas. La imagen elegida es una joya rescatada del archivo municipal: una fotografía en blanco y negro de 1950 en la que se ve el paso de la Custodia rodeado por Seises y acólitos, detenidos como en un sueño antiguo. El cartel rinde homenaje al pasado y abre la puerta a una nueva etapa en la promoción de esta fiesta, ya que a partir de 2026 se convocará un concurso fotográfico abierto para elegir la imagen oficial.

Otra noticia destacada ha sido la creciente implicación de las hermandades en el montaje de altares. En los últimos años se ha pasado de tres a catorce altares, lo que refleja un compromiso creciente por parte de las cofradías y de la ciudadanía. El Corpus Christi se vive en comunidad, como un reto colectivo que combina fe, arte y organización.

También se ha modernizado el sistema de acceso para quienes desean presenciar la procesión desde sillas. El Consejo de Hermandades y Cofradías ha habilitado una venta estructurada que prioriza a antiguos abonados y permite la compra anticipada para facilitar la asistencia. Aunque la entrada a las calles es libre, las sillas permiten disfrutar de la procesión con una visión privilegiada y cómoda.

Más que Religión: Una Celebración Cultural y Social

Aunque el eje es la adoración al Santísimo, el Corpus Christi es mucho más que una fiesta litúrgica. Es también un fenómeno cultural. Las actividades paralelas, como conciertos de música sacra, exposiciones, visitas guiadas a iglesias, y el tradicional repique de campanas desde la Giralda, convierten esta semana en un epicentro de la vida sevillana.

No podemos olvidar el papel de la gastronomía en estas jornadas. Los bares del centro se llenan de familias y grupos de amigos que se reúnen tras la procesión para desayunar churros o celebrar con una copa de vino. Los mercados se decoran, los escaparates lanzan guiños a la fiesta, y Sevilla, simplemente, se transforma.

El Alma de Sevilla en Pleno Día

A diferencia de la Semana Santa, que se vive bajo el misterio de la noche, el Corpus Christi se disfruta a plena luz del día. Es una celebración solar, que pone de manifiesto el esplendor y la majestuosidad de la fe hecha ciudad. Es una jornada en la que Sevilla se siente orgullosa de su historia, de su patrimonio, y de la belleza con la que sabe rendir culto.

El Corpus, un Milagro que se Repite

Cada año, cuando la Custodia entra de nuevo en la Catedral y las campanas lanzan su último canto, Sevilla se queda un poco vacía. El Corpus Christi ha pasado, pero ha dejado su huella: en la retina de los que lo han vivido por primera vez y en el corazón de quienes lo esperan cada año como un reencuentro con lo sagrado.

El Corpus Christi no es una tradición que se repite, sino un milagro que se renueva. Un espejo de lo mejor de Sevilla: su arte, su fe, su gente. Una ciudad que sabe detener el tiempo y ofrecer, al mundo y a sí misma, un día de luz y devoción sin igual.

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